Solo le dijo la verdad, que no quería
continuar, que ya no estaba interesado, que lo sucedido, para él, no tuvo
importancia; que fue sexo de verano, pasión de tres noches y media de alcohol,
mezclado con mil porros, que pensaba que se llamaba Alicia como su
antigua novia, más, que en su borrachera pensó que estaba follando con
Alicia, esa novia celosa que ya olvido por cansancio; perdón como es que
te llamas, le pregunto él, a continuación; Rosario, respondió ella desesperada, y eres un estúpido, mentiroso, cómo pudiste engañarme de
esta manera. Se subió las bragas, se bajó la falda y se largó llorando.
Carlo Malosso