Estas lo más de tranquilo echado en tu
cama a las 11:30 de la mañana del domingo, sin ánimo de hacer ni el desayuno,
porque tienes la resaca de la salida de anoche, a la cual no invitaste a tu
novia, porque como le dijiste, sería una reunión de amigotes para ver un
partido de fútbol, que termino siendo todo menos eso, pues
unas amigas del dueño del apartamento, “apasionadas” del fútbol cayeron a
ver el partido y eso se convirtió en una celebración que duro tres veces más,
de lo que tardo la selección, en perder por 5 a 0; y estando con esos
recuerdos, de repente suena el timbre del interfono, y
tú, claro, no lo quieres contestar, sobre todo porque no esperas a nadie
y crees que se equivocaron de apartamento, pero cuando insisten e insisten,
empiezas a sospechar que es para ti, pero al fin decides hacerte el güevón en
el preciso momento en que suena el celular y respondes y escuchas, hola mi
amor, te estoy llamado por el citofono y no me responde, QUE PASA?
Ayayai, te llego la novia sin avisar, seguro a
comprobar, en que acabo lo del partido y si trajiste a alguna
“asquerosa” para que te consolara, porque la selección perdió de esa
manera tan descarada y deshonrosa, pero como tú no eres tan tonto como para
traer las pruebas del delito a la casa, respondes tranquilo, no, no pasa nada
mi amor, es que estaba dormido y no escuche, pero ya te abro, espera un
momentico me pongo algo, saltas de la cama, recoges toda la ropa que tenías
puesta anoche, que en medio de la borrachera fuiste dejando desde la entrada
del apartamento hasta el pie de la cama, corres al baño a lavarte pies y manos
de carrera intentando quitarte ese asqueroso olor a condón, te enjuagas
la boca con Listerine, tragas unos bocados de H2O y bajas a abrirle a tu amada;
hola mi amor, te dice ella con cara de sospecha, porque me has hecho esperar
tanto, es que tienes algo que escondes o que , tu poniendo esa cara de cordero
degollado, que no te la crees ni tú, le respondes, pero que voy a esconder mi
amor, sube, ya te dije que no escuche el citofono, ven para que veas,
ella no espera que insistas cuando ya está dentro del apartamento, tú le
dices sigue mi amor, espera un momento entro al baño, cierras bien la puerta
del baño y recorres con tu nariz todo lo que puedes de tu cuerpo, intentas
borrar la más mínima pruebe de tus desmanes, mientras tanto ella recorre el
apartamento a la velocidad del rayo, mira si hay vasos o cubiertos usados en
alguna lugar, entra a la cocina a ver que se ha preparado, sin hay desorden o
no, y si las cosas están en el mismo sitio en el que quedaron anoche antes de
salir, tú al partido e hipotéticamente ella para su casa; una vez
comprueba que todo este como ella no lo esperaba , corre a la habitación, la
revisa palmo a palmo, toca el suelo para comprobar si hay cabellos
diferentes a los de ella, huele la cama y abre el cajón de la mesa de
noche, saca la caja de los condones y los cuenta, nada, están completos y por
eso te recibe con una sonrisa cuando tu entras a la habitación; y como te fue
mi amor, hasta que horas les duro, te pregunta, tu sabes que hasta las seis de
la mañana, pero le respondes, pues mi amor, no mire el reloj cuando llegue,
pero no era muy tarde, ya sabes, como perdimos, ni ánimos para nada, me vine a
dormir temprano, y ella hay sí, que ridículos perder de esa manera, me entere
esta mañana, porque llegue a casa cansadísima y me quede profunda,
profunda?????, le pregunta el subconsciente y ella como si nada; hay mi
amor tengo una hambre, te dice, y tu pues yo también porque no he desayunado
siquiera, y ella, si ya me di cuenta, y como lo sabe le preguntas,
ella se ha olvidado, por eleva, delatar la inspección, pero como ellas
son recursivas, te responde, es que entre a tomar agua
a la cocina y vi que no has hecho nada, y tú, si, es que tenía pereza,
pero ya es hora del almuerzo te dice ella y tú si claro, pues ven preparemos
algo, vamos a la cocina a ver que hay; llegas a la cocina, empiezas a mirar que
hay, y carajo, solo hay un paquete de espaguetis y una cabeza de
ajos, agravado con el hecho de que toda la plata te la tiraste anoche pidiendo
por teléfono todo lo que se le ocurriera a la viejas que cayeron al partido,
para impresionarlas y sacarles partido, nunca mejor dicho; y como
no puedes invitarla a restaurante ni pedir a domicilio, pues tienes que
improvisar, porque si no, te pillan, ya la conoces, ella sabe que
anoche te quedaba plata; pues en ese momento es que te va a hacer falta
esta receta, así es que mucha atención que te la voy a contar: pones a hacer
los espaguetis en agua y sal, mientras, pelas toda la cabeza de ajos y la picas
en cuadraditos diminutos, los cuadraditos no hace falta que sean de la misma
medida, intenta nada más que sean parejos, pones una buena cantidad de aceite
de oliva en una cazuela a fuego bajo y hechas todo los ajos
picados, agregas sal gruesa, pimienta y sal al gusto, pilas con dejar quemar el
ajo porque la cagas, recuerda que tanto el aceite de oliva, como
los ajos se queman muy rápido y si eso pasa, se estropean los sabores,
revuelve continuamente hasta ver que los ajos doran un poquitín, escurre
los espaguetis, después de cocidos correctamente claro, al dente, no al
mazacote; viértelos en la cazuela, mezclas bien todo y allí tiene tú
salvación, pastas sencillas pero con un sabor el hijueputa de bueno; parte en
rodajas finas esa baguette que te sobro de ayer, ponlas en la lata del
horno y dale 5 minutos de calor, si quiere puedes echarle a cada una, aceite de
oliva, un poquito de ajo y sal, cuando las saque tendrá unos riquísimos calados
al ajo, para acompañar la pasta. Allí tienes, te salve la vida, agradece,
y si a tu novia no le gustaron, te jodiste, recomiéndele que las
venga a probarlas conmigo y veras; si le gustaron, de todas maneras que te
sirvan también a ti para recuperarte, porque en cosa de una hora ella
querrá que le eche un polvo para comprobar si tiene fuerzas, o las gastaste
anoche en algún partido.
Salud
Karlo Zavrosso
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