viernes, 17 de noviembre de 2017

YA TE BESE

Los cuerdos con los cuerdos
los locos con los locos
por fin anoche en sueños te bese, y después te dije,
me gustaste desde el primer día que te vi,
bella y presuntuosa.

a mi, me paso lo mismo, respondiste, en el mismo sueño,
y para más señas era domingo
y me estaba comiendo un helado.

Karlo Passionatto

domingo, 20 de agosto de 2017

LA TIERRITA

Es que me ha tocado luchar duro para salvar a mis hijos doctor, siempre luchando para que sean buenos, para que vayan por el buen camino y ahora esto. Sabe, mi muchacho no tenía nada que ver con esos cultivos, solo que como no hay mucho trabajo, él rascaba hojas y le pagaban por eso. Si, de coca doctor, pero no eran suyas, todo es del dueño que se desapareció y entonces lo acusaron de todo a mi muchacho como si él fuera el dueño. No se doctor, no sé qué cantidad, solo lo que había raspado, lo que tenía en el bulto, unas cuantas hojas, no sé cuánto, pero eso no importa porque los militares ponen la cantidad que quieren, porque entre más dicen que atrapan más premios consiguen; eso sí, mi hijo no sabe nada de quienes tantos pueden ser los culpables, el dueño ya no anda por esos lados, debe ser que pago para que no lo metieran en el problema. Fíjese doctor después de que los había salvado de otras y ahora esto. Cómo le parece doctor que una tarde venían mis niños de la parcelita, caminando con sus azadones y sus rastrillos, las únicas pertenecías de trabajo, solo traían eso, nada más; mi mujer los miraba caminar desde la casita, caminaban tranquilos por la carretera y en eso miró que llegaron unos del ejército y ella miraba que les hablaban y de pronto les obligaron a dejar tiradas sus herramientas y a caminar delante de ellos. Ustedes se vienen con nosotros, disque les dijeron, porque ustedes son unos guerrilleros hijueputas, y mis niños, que no señor, nosotros venimos de trabajar, no somos guerrilleros, vivimos allá en la casita que se mira allí arriba. Ustedes se vienen con nosotros, les ordenaron, suelten esas herramientas y caminen malparidos, y el mayorcito solo tenía 14 años. Mi mujer entro a la casa y me dice, se están llevando a los niños, son del ejército, entonces yo salí corriendo y fui hasta donde caminaban, y les pregunté, para donde se llevan a mis hijos, y uno de los soldados, amenazándome con el fusil me dijo, nos los llevamos porque son guerrilleros. No señor, ellos no son guerrilleros son mis hijos y yo sé que no son guerrilleros, con que armas los han visto, con los azadonsítos nada más que los han obligado a dejar tirados en el camino. Vos también sos guerrillero y te venís con nosotros. Yo no soy guerrillero y devuélvame a mis hijos, sino me voy ahora mismo al comando a ver qué pasa, a mis hijos no se los llevan, y caminaban y yo detrás, me voy a poner una denuncia, y entonces el soldado llamo al comandante y después me dijo, quédese aquí que los vamos a llevar hasta donde está el comandante y de allí los soltamos. Yo no me voy a quedar aquí, los voy a seguir hasta donde vayan, porque sin mis hijos no me voy a quedar, y los seguía loma arriba, entonces subimos un buen trecho y otra vez hablo el soldado por la radio y después de un rato dijo llévate a tus hijos, y me los entrego. Yo creo que los salve de que me los mataran, como conversan que se los llevan, los camuflan, les ponen fusiles en las manos y los matan para hacer ver que cumplen su trabajan matando guerrilleros. Eso es por allá por Munchique doctor donde teníamos una tierrita que un señor muy bueno al ver que era trabajador y no hacíamos ningún daño, me vendió un pedacito de tierra con una chocita, para que se lo fuera pagando como pudiera y yo se la iba pagando. Otro día llegaron uno de esos grupos armados, tenían brazaletes y entraron a la casa, hablaron con el pequeño de catorce años, lo llamaron aparte y le conversaban y le conversaban, yo estaba pendiente, pero no podía oír lo que le decían, después vino y le pregunte que tanto le conversaban. Que me vaya con ellos me dicen y que me va bien con ellos, que puedo venir cada semana a visitarlos. Y que les dijo usted, le pregunté y él me dijo que les había dicho que sí, y entonces yo le dije que él no iba para ninguna parte, usted es menor de edad, solo tiene catorce años, entonces se vino uno a decirme, él se va con nosotros. No señor, él es menor de edad y no va porque yo soy su papá y yo no voy a dejar que se lo lleven, pero él me dijo que si y ya tiene que irse con nosotros. No señor, no va para ninguna parte. Al otro al mayorcito de 17 años ya, también le estuvieron hablando, pero él, como ya entiende todo y sabe lo que quiere, si les dijo que no, que no iba a ser de guerrillero, que tenía que trabajar porque ya tenía mujer. Entonces como no deje que se llevaran al niño dijeron que se iban pero que se llevaban el caballito porque lo necesitaban para subir unas cosas que tenían que llevar para arriaba. Les respondí que no podían llevarse el caballo porque mi mujer estaba enferma y que lo necesitábamos, porque teníamos que bajar al pueblo para que la mirara el doctor, que ella no podía caminar y al fin se fueron sin mis niños ni el caballito. Le dije a mi mujer y a mis hijos, nos vamos, ahora mismo nos vamos, agarramos el  caballito y lo que teníamos puesto y nos bajamos allí mismo, sin nada más doctor, y caminamos y no teníamos donde quedarnos, donde hacernos y ya bajando paramos donde unos campesinos indígenas, yo les conté lo que nos había pasado y les dije que abandone mi tierrita porque quería salvar a mis hijos, entonces ellos muy buenos nos dijeron que podíamos quedáramos con ellos, nos dieron posada y nos ofrecieron comida y nos quedamos allí. Pasaron días y yo les ayudaba a trabajar y mis hijos también y un día un señor al ver que éramos trabajadores y no hacíamos problemas me dijo que entráramos en una casita que tenía desocupada para que viviéramos y que podíamos sembrar al lado, hasta que un día el señor vendió la tierrita y ya no pudimos sembrar, pero eso sí, les dijo el señor a los que compraron que yo era bueno y trabajador, entonces convinieron en que me quedara y que les ayudara a cuidar el bosque; me pagas cien mil pesos para que se los cuide y yo voy hasta arriba y miro el bosque y bajo, y ahora esto, siempre queriendo salvar a mis hijos y ahora me lo meten a la cárcel solo por raspar unas hojas que no son de él, son del dueño de esa tierra, pero de todo lo culparon a mi muchacho; que podemos hacer doctor, será que me le dan la libertad?


Charlie Phantomas


domingo, 23 de abril de 2017

SIGAMOS


Encontrémonos así como por casualidad y,
Hagamos de cuenta que nos hemos puesto de acuerdo;
Me das un beso con la misma inclemencia
Con la que ya en sueños me has besado
Y seguimos, todo de nuevo, igual que si lleváramos juntos,
La vida entera.

Karlo Passionatto

TE ESPERO




Labios rojos, negros ojos,
Cabellera sin ton ni son;
Si tu cuerpo lluvioso,
mojara mi sed, mi sudor.
Deja llegar a mi tu cuerpo,
Que cuando sepas de afluentes y lagos y ríos,
Tú, vendrás también.


Karlo Perronni

domingo, 9 de abril de 2017

POR FAVOR, NO ME PIDA QUE LA AME

Después de pensarlo por muchos días, he decidido no enamorarme de usted. No puedo siquiera suponer lo que me pasaría si la amara, porque si ahora que no la amo no dejo de pensar en usted, la busco días y noches y madrugadas por todas partes; la busco por calles, en plazas, parques y mercados; escudriño redes sociales, incluso en la que aun no existen, para mirar en fotos su sonrisa . Está usted en mis sueños y fantasías, en blanco y negro, a todo color, incluso en tercera y hasta en cuarta dimensión. No, definitivamente no puedo amarla, sería demasiado para mí; por tanto, cuando usted sepa de ésta decisión, le ruego que la tome seriamente y no se le ocurra por ningún motivo pedirme lo contrario: por favor no me pida que la ame, porque irremediablemente tendría que responderle: PUES VALE. 



Karlo Passionatto

domingo, 2 de abril de 2017

ME ENAMORO

Me enamoro
Tres veces al día
Por prescripción de urología:
Con almuerzo, cena y desayuno
Tres porciones bien medidas;
Si piel canela, ¡cuidado!
Que es mortal la sobredosis.
Pero yo amo sin medida,
No hago caso estricto a la receta,
Y de exceso me enveneno,
Con desayuno, almuerzo y comida.
Muero tres veces al día.

Karlo Perronni

viernes, 3 de marzo de 2017

QUEDO


Bien engrasada la máquina
Subí  al cielo a bajar para ti una estrella
Bien engrasada la máquina
Con ella baje un lucero
Del peso la tierra  cayó
No te veo, todo es negro
Todo se quemo
Bien engrasada la máquina
El fuego no apago
Ni máquina, ni amor, ni lucero:
Quedo.


Karlo Passionatto

martes, 31 de enero de 2017

Música.

Una copa de vino tinto, una buena lectura y esta música:


https://www.youtube.com/watch?v=5-MFWDyNnpc


Salud


Karlynski Musikovsky

SOPAS PARA LA DESPEDIDA



Rosalino Carabalí acurrucado en la taza de letrina del baño del restaurante La sabrosura de Mari Carmen, ubicado en el centro del pueblo de Tiribiquí, fue interrumpido de sus necesidades escatológicas por el tumultuoso timbre de su celular. Afanosamente, Carabalí metió la mano derecha en el bolsillo izquierdo de su pantalón, que en ese momento tocaba el piso húmedo y maloliente en medio de aquel baño; Saqué el aparato y respondí al escuchar la voz que ordenaba, sin siquiera identificarme, que al final de la distancia se presentaría en la cocina para dar los últimos toques al almuerzo que se serviría como despedida de el Gobernador del Departamento, Don Hermógenes de Ortegón y Miravalles. "No he podido escapar, de servirles, a ésta banda de corruptos" pensó Carabalí y luego colgó el teléfono, tiró el papel higiénico a la papelera, se subió el pantalón de chándal, se limpió los mocos con la manga de la camisa, salió del baño y tras cruzar las puertas entró a la cocina; destapó la olla y probó la sopa carantanta hecha con carne molida, pataconcitos fritos, papas guata; aromatizado con cilantro picado y una hoja de cimarrón. Por el gesto que descubrió al abrir sus ojos saltones, la sopa de Carantanta estaba lista y lista para ser servida a los invitados. Luego metió la mano, que no se había lavado, en el fondo de la olla, con el propósito de comprobar la sal y la pimienta. La sopa se cortó de inmediato y me quedé saboreando la inmundicia, pero tal como se sirvió. El gobernador Don Hermógenes de Ortegón y Miravalles y los invitados entre los que se encontraba la flor innata del periodismo local, cucharearon con avidez hasta dejar los platos limpios. La mierda de la cocinera, entonces, asomándose por la puerta de la cocina al comedor, con una sonrisa de satisfacción entre los dientes mal lavados, se dijo: ―Ay, Dios mío..., nunca me imaginé que estuvieran esperando ¡a mí! para poder darles el toque final...




Carlos Malosso

domingo, 29 de enero de 2017

La Sopa.

Un cocinero invitado a un almuerzo, al cabo de llegar al lugar de la tal invitación, entró directo a la cocina, destapó la olla y probó la sopa; por la cara se descubrió que le pareció muy buena, entonces metió su mano asquerosa, sin haberla lavado antes, hasta el fondo de la olla, con el aparente propósito de averiguar el secreto de su sabor. La sopa enseguida se cortó y quedo sabiendo asqueroso; por supuesto después en la mesa, frente a los comensales, dada por cada quien la primera cucharada, se quedó esa sopa tal cual en los platos servida. El mierda del cocinero entonces, con una sonrisa de satisfacción entre sus dientes mal lavados, dijo, ―pensé que esperarían a que yo llegara a cocinar.

Karlo Zavrosso