Prólogo
Este cuento
lo escribí esta mañana por invitación de una
madre enamorada de su bebe, que ha pedido por una red social, que contemos
cuentos de hadas.
***
El hada
estiro un poco los brazos para luego abrirlos y así consiguió hacerse a
un espacio entre quienes rodean a la niña. Una vez ubicada como
cualesquiera otro de los afectuosos asistentes, mira a la bebe, hizo una cara
de disgusto y dijo,
-No
sé por qué me habéis llamado para atender este caso; tengo tanto trabajo por
todo el universo, que pedir mi intervención en un caso, que para mis
competencias es desahuciado, es solo un acto de egoísmo.
La
madre que miraba a la bebe con más amor que los demás, levanto la vista y
encarando con la mirada al hada, le dijo,
-No
entiendo por qué cree eso, mi bebe tiene el mismo derecho a su
intervención tanto como cualesquiera de los demás bebes del
universo.
Justamente
por eso lo digo, -respondió el hada- pues por la cara de alegría que tiene
la bebe y todos los que le rodeáis y protegéis, esta bella bebe, estoy segura,
será muy feliz, sin la intervención de mi o de cualesquier otra hada;
solo de ustedes depende; en cambio hay demasiados que si requieren de nuestra
actuación, para conseguir la felicidad de la que ya disfruta su bebe.
El hada
se giró, dio la espalda a todos y emprendió el vuelo
Karlo
Passionatto
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